Características

Corteza: Crujiente y Caramelizada

Color varía desde un dorado intenso hasta un marrón oscuro, casi quemado en algunas partes, lo que indica “la reacción de Maillard” que aporta sabores complejos y dulces.

Con "oreja" (ear): Esa protuberancia que se forma en la parte superior del corte, es el indicador de una buena tensión en la masa y un horneado óptimo, permitiendo que el pan se expanda.

Su corteza al morderla o cortarla emite un sonido nítido, No es dura ni chiclosa.

La Miga: Húmeda y Alveolada

Húmeda y Translúcida: Al cortarlo, la miga no debe ser seca ni desmoronarse. Debe tener una sensación de humedad, casi brillante, que se derrite en la boca.

Alveolado (Open Crumb): Esas burbujas, o alvéolos, de tamaño irregular son la firma de un sourdough bien fermentado. Algunas grandes, otras más pequeñas, distribuidas de forma armoniosa. Además de estético, contribuye a la textura ligera y aireada.

Elástica: Al presionarla suavemente, la miga debe recuperar su forma. Esto es señal de un buen desarrollo del gluten

El Aroma: Complejo y Profundo

El olor de un sourdough recién horneado es inconfundible y adictivo:

Ácido y Dulce: Predomina ese aroma agrio característico de la masa madre, pero balanceado con notas dulces y tostadas de la corteza.

Complejo: Puedes percibir matices a nuez, a malta, a cereal tostado e incluso florales, dependiendo de la harina y la actividad de tu masa madre.

Gusto: Equilibrado y Duradero

Ácido, pero No Abusivo: El carácter agrio es presente sin ser dominante.

Profundo y Capas: Cada bocado revela nuevas notas: el dulzor de la harina, el ligero amargor de la corteza oscura, la acidez de la fermentación y un regusto persistente que te invita a seguir degustándolo.

"Umami": Algunos sourdoughs desarrollan una profundidad de sabor que recuerda a este quinto sabor, una delicia difícil de describir pero inconfundible.

Conservación

CONGELACIÓN (Hasta 3 meses)

Asegúrate de que el pan esté completamente frío antes de congelarlo para evitar la condensación y los cristales de hielo.

Cortes: Puedes congelar la hogaza entera, media hogaza o, lo que recomiendo, ya rebanado. Rebanarlo antes te permite sacar solo las porciones que necesites sin descongelar todo el pan.

Envuelve bien: Envuelve cada porción o la hogaza entera en film transparente (papel film) y luego en una bolsa de congelación hermética o papel de aluminio resistente. El objetivo es protegerlo del aire y evitar que se queme por el frío.

Restablecimiento del Sourdough

Descongelación Lenta (la mejor opción): La noche anterior, saca el pan del congelador y déjalo descongelar a temperatura ambiente en su envoltura original o en una bolsa de papel. Esto permite que la humedad se redistribuya lentamente.

Recalentamiento Rápido.

Entero o media hogaza: Con el pan aún congelado (o casi), rocíalo ligeramente con agua y mételo al horno precalentado a 200-220 °C (400-425 °F). Hornea durante 20-30 minutos (para una hogaza entera) o hasta que la corteza esté crujiente y el interior caliente.

Rebanadas: Si tienes rebanadas congeladas, puedes ponerlas directamente en una tostadora o en un horno tostador. También puedes rociarlas con un poco de agua y calentarlas en un horno a 180 °C por unos pocos minutos, hasta que estén crujientes.